Juan 1:1
¶ En el principio ya era la Palabra, y aquel que es la Palabra era con el Dios, y la Palabra era Dios.
Juan 1:2
Este era en el principio con el Dios.
Juan 1:3
Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho, fue hecho.
Juan 1:4
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Juan 1:5
¶ Y la luz en las tinieblas resplandece; mas las tinieblas no la comprendieron.
Juan 1:6
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
Juan 1:7
Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, para que todos creyesen por él.
Juan 1:8
El no era la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
Juan 1:9
Aquella Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo.
Juan 1:10
En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él; y el mundo no le conoció.
Juan 1:11
A lo que era suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Juan 1:12
Mas a todos los que le recibieron, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su Nombre;
Juan 1:13
los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Juan 1:14
Y aquella Palabra fue hecha carne, y habitó entre nosotros; (y vimos su gloria,) gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan 1:15
¶ Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es del que yo decía: El que viene tras de mí, es antes de mí; porque es primero que yo.
Juan 1:16
Y de su plenitud tomamos todos, y gracia por gracia.
Juan 1:17
Porque la ley por Moisés fue dada, mas la gracia y la verdad por Jesús, el Cristo, fue hecha.
Juan 1:18
A Dios nadie le vio jamás; el Unigénito hijo, que está en el seno del Padre, él nos lo declaró.
Juan 1:19
¶ Y éste es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas, que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?
Juan 1:20
Y confesó, y no negó; confesó que no era el Cristo.
Juan 1:21
Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.
Juan 1:22
Le dijeron: ¿Pues quién eres? Para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?
Juan 1:23
Dijo: Yo soy la voz del que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.
Juan 1:24
Y los que habían sido enviados eran de los fariseos.
Juan 1:25
Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué pues bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni profeta?
Juan 1:26
Y Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros ha estado, quien vosotros no conocéis;
Juan 1:27
éste es el que ha de venir tras mí, el cual es antes de mí; del cual yo no soy digno de desatar la correa del zapato.
Juan 1:28
Estas cosas acontecieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
Juan 1:29
¶ El siguiente día ve Juan a Jesús que venía a él, y dice: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Juan 1:30
Este es del que dije: Tras mí viene un Varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.
Juan 1:31
Y yo no le conocía; más para que fuese manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando con agua.
Juan 1:32
Y Juan dio testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.
Juan 1:33
Y yo no le conocía; mas el que me envió a bautizar con agua, aquel me dijo: Sobre quien vieres descender el Espíritu, y que permanece sobre él, éste es el que bautiza con Espíritu Santo.
Juan 1:34
Y yo le vi, y he dado testimonio que éste es el Hijo de Dios.
Juan 1:35
El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos.
Juan 1:36
Y mirando a Jesús que andaba por allí , dijo: He aquí el Cordero de Dios.
Juan 1:37
¶ Y los dos discípulos le oyeron hablar, y siguieron a Jesús.
Juan 1:38
Y volviéndose Jesús, y viéndolos seguirle, les dice: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabí (que declarado quiere decir Maestro) ¿dónde moras?
Juan 1:39
Les dice: Venid y ved. Vinieron, y vieron dónde moraba, y permanecieron con él aquel día; porque era como la hora décima.
Juan 1:40
Era Andrés el hermano de Simón Pedro, uno de los dos que habían oído de Juan, y le habían seguido.
Juan 1:41
Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que declarado es, el Cristo).
Juan 1:42
Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Piedra).
Juan 1:43
¶ El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halla a Felipe, al cual dijo: Sígueme.
Juan 1:44
Y era Felipe de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro.
Juan 1:45
Felipe halló a Natanael, y le dice: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.
Juan 1:46
Y le dijo Natanael: ¿De Nazaret puede haber algo bueno? Le dice Felipe: Ven y ve.
Juan 1:47
Jesús vio venir hacía sí a Natanael, y dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en el cual no hay engaño.
Juan 1:48
Le dice Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús, y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera te vi.
Juan 1:49
Respondió Natanael, y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.
Juan 1:50
Respondió Jesús y le dijo: Porque te dije, te vi debajo de la higuera, crees; cosas mayores que éstas verás.
Juan 1:51
Y le dice: De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto, y ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del hombre.
Juan 2:1
¶ Y al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.
Juan 2:2
Y fue también llamado Jesús y sus discípulos a las bodas.
Juan 2:3
Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: Vino no tienen.
Juan 2:4
Y le dice Jesús: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
Juan 2:5
Su madre dice a los que servían: Haced todo lo que os dijere.
Juan 2:6
Y estaban allí seis tinajuelas de piedra para agua, conforme a la purificación de los judíos, que cabían en cada una dos o tres cántaros.
Juan 2:7
Les dice Jesús: Llenad estas tinajuelas de agua. Y las llenaron hasta arriba.
Juan 2:8
Y les dice: Sacad ahora, y presentad al maestresala. Y le presentaron.
Juan 2:9
Y cuando el maestresala gustó el agua hecha vino, que no sabía de dónde era; (mas los que servían, lo sabían, quienes habían sacado el agua), el maestresala llama al esposo,
Juan 2:10
Y le dice: Todo hombre pone primero el buen vino, y cuando ya están satisfechos, entonces lo que es peor; mas tú has guardado el buen vino hasta ahora.
Juan 2:11
Este principio de los señales hizo el Señor en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
Juan 2:12
¶ Después de esto descendió a Capernaum, él, su madre, y sus hermanos, y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.
Juan 2:13
Y estaba cerca la Pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén.
Juan 2:14
Y halló en el Templo a los que vendían bueyes, y ovejas, y palomas, y a los cambiadores de dinero sentados.
Juan 2:15
Y hecho un azote de cuerdas, los echó a todos del Templo, y las ovejas, y los bueyes; y derramó los dineros de los cambiadores, y trastornó las mesas;
Juan 2:16
y a los que vendían las palomas, dijo: Quitad de aquí esto; no hagáis la Casa de mi Padre casa de mercado.
Juan 2:17
Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu Casa me consumió.
Juan 2:18
Y los judíos respondieron, y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras de que haces esto?
Juan 2:19
Respondió Jesús, y les dijo: Desatad este templo, y en tres días yo lo levantaré.
Juan 2:20
Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue este templo edificado, ¿y tú en tres días lo levantarás?
Juan 2:21
Mas él hablaba del templo de su cuerpo.
Juan 2:22
Por tanto, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos se acordaron que les había dicho esto; y creyeron a la Escritura, y a la palabra que Jesús había dicho.
Juan 2:23
¶ Y estando en Jerusalén en la Pascua, en el día de la Fiesta, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía.
Juan 2:24
Mas el mismo Jesús no se confiaba a sí mismo de ellos, porque él conocía a todos,
Juan 2:25
y no tenía necesidad que alguien le diese testimonio del hombre; porque él sabía lo que había en el hombre.
Juan 3:1
¶ Y había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, príncipe de los judíos.
Juan 3:2
Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios por maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no estuviere Dios con él.
Juan 3:3
Respondió Jesús, y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el Reino de Dios.
Juan 3:4
Le dice Nicodemo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer?
Juan 3:5
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y de Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.
Juan 3:6
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es.
Juan 3:7
No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez.
Juan 3:8
El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde vaya; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Juan 3:9
Respondió Nicodemo, y le dijo: ¿Cómo puede esto hacerse?
Juan 3:10
Respondió Jesús, y le dijo: ¿Tú eres el maestro de Israel, y no sabes esto?
Juan 3:11
De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
Juan 3:12
Si os he dicho cosas terrenas, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
Juan 3:13
Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.
Juan 3:14
Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado;
Juan 3:15
para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Juan 3:16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:17
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo, para que condene al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Juan 3:18
El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del Unigénito Hijo de Dios.
Juan 3:19
Y esta es la condenación: porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas.
Juan 3:20
Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece a la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean redargüidas.
Juan 3:21
Mas el que obra verdad, viene a la luz, para que sus obras sean manifestadas que son hechas en Dios.
Juan 3:22
¶ Pasado esto, vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea; y estaba allí con ellos, y bautizaba.
Juan 3:23
Y bautizaba también Juan en Enón junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados.
Juan 3:24
Porque Juan, no había sido aún puesto en la cárcel.
Juan 3:25
Y hubo cuestión entre los discípulos de Juan y los Judíos acerca de la purificación.
Juan 3:26
Y vinieron a Juan, y le dijeron: Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, del cual tú diste testimonio, he aquí bautiza, y todos vienen a él.
Juan 3:27
Respondió Juan, y dijo: No puede el hombre recibir algo, si no le fuere dado del cielo.
Juan 3:28
Vosotros mismos me sois testigos que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.
Juan 3:29
El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está en pie y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo es cumplido.
Juan 3:30
A él conviene crecer; a mí, ser disminuido.
Juan 3:31
El que de arriba viene, sobre todos es: el que es de la tierra, terreno es, y cosas terrenas habla; el que viene del cielo, sobre todos es.
Juan 3:32
Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio.
Juan 3:33
El que recibe su testimonio, éste ha puesto su sello que Dios es Verdadero.
Juan 3:34
Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; porque no le da Dios el Espíritu por medida.
Juan 3:35
El Padre ama al Hijo, y todas las cosas dio en su mano.
Juan 3:36
El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que al Hijo es incrédulo, no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.
Juan 4:1
¶ De manera que cuando el Señor supo como los fariseos habían oído que Jesús hacía discípulos y bautizaba más que Juan,
Juan 4:2
(aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),
Juan 4:3
dejó a Judea, y se fue otra vez a Galilea.
Juan 4:4
¶ Y era necesario que pasase por Samaria.
Juan 4:5
Vino, pues, a una ciudad de Samaria que se llamaba Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a José su hijo.
Juan 4:6
Y estaba allí la fuente de Jacob. Pues Jesús, cansado del camino, así se sentó a la fuente. Era como la hora sexta.
Juan 4:7
Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dice: Dame de beber.
Juan 4:8
(Porque sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.)
Juan 4:9
Y la mujer samaritana le dice: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Juan 4:10
Respondió Jesús y le dijo: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú pedirías de él, y él te daría agua viva.
Juan 4:11
La mujer le dice: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes el agua viva?
Juan 4:12
¿Eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual él bebió, y sus hijos, y sus ganados?
Juan 4:13
Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
Juan 4:14
mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed; sino que el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
Juan 4:15
La mujer le dice: Señor, dame esta agua, para que no tenga sed, ni venga acá a sacarla.
Juan 4:16
Jesús le dice: Ve, llama a tu marido, y ven acá.
Juan 4:17
Respondió la mujer, y le dijo: No tengo marido. Le dice Jesús: Bien has dicho: No tengo marido;
Juan 4:18
porque cinco maridos has tenido; y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
Juan 4:19
Le dice la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.
Juan 4:20
Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde es necesario adorar.
Juan 4:21
Le dice Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
Juan 4:22
Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salud viene de los Judíos.
Juan 4:23
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Juan 4:24
Dios es Espíritu; y los que le adoran, en Espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Juan 4:25
Le dice la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo; cuando él viniere nos declarará todas las cosas.
Juan 4:26
Le dice Jesús: Yo Soy, que hablo contigo.
Juan 4:27
¶ Y en esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con aquella mujer; mas ninguno dijo: ¿Qué preguntas? O, ¿Qué hablas con ella?
Juan 4:28
Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a aquellos hombres:
Juan 4:29
Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿si quizás es éste el Cristo?
Juan 4:30
Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.
Juan 4:31
Entre tanto los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come.
Juan 4:32
Y él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
Juan 4:33
Entonces los discípulos decían el uno al otro: ¿Si le habrá traído alguien de comer?
Juan 4:34
Les dice Jesús: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
Juan 4:35
¿No decís vosotros que aún hay cuatro meses y la siega viene? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos, y mirad el campo, porque ya están blancas para la siega.
Juan 4:36
Y el que siega, recibe salario, y allega fruto para vida eterna; para que el que siembra también goce, y el que siega.
Juan 4:37
Porque en esto es el dicho verdadero: Que uno es el que siembra, y otro es el que siega.
Juan 4:38
Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.
Juan 4:39
Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio, diciendo : Que me dijo todo lo que he hecho.
Juan 4:40
Viniendo pues los samaritanos a él, le rogaron que se quedase allí; y permaneció allí dos días.
Juan 4:41
Y creyeron muchos más por la palabra de él.
Juan 4:42
Y decían a la mujer: Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.
Juan 4:43
¶ Y dos días después, salió de allí, y se fue a Galilea.
Juan 4:44
Porque el mismo Jesús dio testimonio de que un profeta en su tierra no tiene honra.
Juan 4:45
Y cuando vino a Galilea, los galileos le recibieron, vistas todas las cosas que había hecho en Jerusalén en la Fiesta; porque también ellos habían ido a la Fiesta.
Juan 4:46
Vino pues Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había hecho el vino del agua. Y había en Capernaum uno del rey, cuyo hijo estaba enfermo.
Juan 4:47
Este, cuando oyó que Jesús venía de Judea a Galilea, fue a él, y le rogaba que descendiese, y sanase a su hijo, porque se comenzaba a morir.
Juan 4:48
Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y milagros no creeréis.
Juan 4:49
El del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi niño muera.
Juan 4:50
Le dice Jesús: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó a la palabra que Jesús le dijo, y se fue.
Juan 4:51
Y cuando ya él descendía, los siervos le salieron a recibir, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive.
Juan 4:52
Entonces él les preguntó a qué hora comenzó a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a la séptima le dejó la fiebre.
Juan 4:53
El padre entonces entendió, que aquella hora era cuando Jesús le dijo: Tu hijo vive; y creyó él y toda su casa.
Juan 4:54
Esta también el la segunda señal que Jesús hizo, cuando vino de Judea a Galilea.
Juan 5:1
¶ Después de estas cosas, había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.
Juan 5:2
Y hay en Jerusalén a la puerta de las ovejas un estanque, que en hebreo es llamado Betesda, el cual tiene cinco portales.
Juan 5:3
En éstos yacía multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que estaban esperando el movimiento del agua.
Juan 5:4
Porque un ángel descendía a cierto tiempo al estanque, y revolvía el agua; y el que primero descendía en el estanque después del movimiento del agua, era sano de cualquier enfermedad que tuviese.
Juan 5:5
Y estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
Juan 5:6
Cuando Jesús vio a éste echado, y supo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: ¿Quieres ser sano?
Juan 5:7
Y el enfermo le respondió: Señor, no tengo hombre que cuando el agua fuere revuelta, me meta en el estanque; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido.
Juan 5:8
Le dice Jesús: Levántate, toma tu lecho, y anda.
Juan 5:9
Y luego aquel hombre fue sano, y tomó su lecho, y anduvo. Y era sábado aquel día.
Juan 5:10
Entonces los judíos decían a aquel que había sido sanado: Sábado es; no te es lícito llevar tu lecho.
Juan 5:11
Les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.
Juan 5:12
Y le preguntaron entonces: ¿Quién es el hombre que te dijo: Toma tu lecho y anda?
Juan 5:13
Y el que había sido sanado, no sabía quién fuese; porque Jesús se había apartado de la multitud que estaba en aquel lugar.
Juan 5:14
Después le halló Jesús en el Templo, y le dijo: He aquí, eres ya sano; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.
Juan 5:15
El se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado.
Juan 5:16
Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en sábado.
Juan 5:17
¶ Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora obra, y yo obro.
Juan 5:18
Entonces, por tanto, más procuraban los judíos matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también a su Padre llamaba Dios, haciéndose igual a Dios.
Juan 5:19
Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que viere hacer al Padre; porque todo lo que él hace, esto también hace el Hijo juntamente.
Juan 5:20
Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que éstas le mostrará; que vosotros os maravillaréis.
Juan 5:21
Porque como el Padre levanta los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.
Juan 5:22
Porque el Padre a nadie juzga, mas todo el juicio dio al Hijo;
Juan 5:23
para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
Juan 5:24
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a juicio, mas pasó de muerte a vida.
Juan 5:25
De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que oyeren vivirán.
Juan 5:26
Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dio también al Hijo que tuviese vida en sí mismo;
Juan 5:27
y también le dio potestad de hacer juicio, por cuanto es Hijo de hombre.
Juan 5:28
No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
Juan 5:29
y los que hicieron bienes, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron males, a resurrección de juicio.
Juan 5:30
No puedo yo de mí mismo hacer nada; como oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, del Padre.
Juan 5:31
¶ Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.
Juan 5:32
Otro es el que da testimonio de mí; y sé que el testimonio que da de mí, es verdadero.
Juan 5:33
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio a la verdad.
Juan 5:34
Pero yo no tomo el testimonio de hombre; sino digo estas cosas, para que vosotros seáis salvos.
Juan 5:35
El era lámpara que ardía y alumbraba; mas vosotros quisisteis recrearos por una hora a su luz.
Juan 5:36
Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me haya enviado.
Juan 5:37
Y el que me envió, el Padre, él dio testimonio de mí. Ni nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su parecer.
Juan 5:38
Ni tenéis su palabra permaneciendo en vosotros; porque al que él envió, a éste vosotros no creéis.
Juan 5:39
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
Juan 5:40
Y no queréis venir a mí, para que tengáis vida.
Juan 5:41
Gloria de los hombres no recibo.
Juan 5:42
Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros.
Juan 5:43
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a aquel recibiréis.
Juan 5:44
¿Cómo podéis vosotros creer, pues tomáis la gloria los unos de los otros? Y no buscáis la gloria que de sólo Dios es.
Juan 5:45
No penséis que yo os tengo que acusar delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien vosotros esperáis.
Juan 5:46
Porque si vosotros creyeseis a Moisés, creeríais a mí; porque de mí escribió él.
Juan 5:47
Y si a sus escritos no creéis, ¿cómo creeréis a mis palabras?
Juan 6:1
¶ Pasadas estas cosas, se fue Jesús al otro lado del mar de Galilea, que es de Tiberias.
Juan 6:2
Y le seguía grande multitud, porque veían sus señales que hacía en los enfermos.
Juan 6:3
Subió pues Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos.
Juan 6:4
Y estaba cerca la Pascua, la Fiesta de los judíos.
Juan 6:5
Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él grande multitud, dice a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?
Juan 6:6
Mas esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer.
Juan 6:7
Le respondió Felipe: Doscientos denarios de pan no les bastarán, para que cada uno de ellos tome un poco.
Juan 6:8
Le dice uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro:
Juan 6:9
Un muchacho está aquí que tiene cinco panes de cebada y dos peces pequeños; ¿mas qué es esto entre tantos?
Juan 6:10
Entonces Jesús dijo: Haced recostar los hombres. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como número de cinco mil varones.
Juan 6:11
Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, repartió a los discípulos, y los discípulos a los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.
Juan 6:12
Y cuando fueron saciados, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que han quedado, para que no se pierda nada.
Juan 6:13
Recogieron pues, y llenaron doce cestas de pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido.
Juan 6:14
Aquellos hombres entonces, como vieron la señal que Jesús había hecho, decían: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.
Juan 6:15
¶ Y sabiendo Jesús que habían de venir para arrebatarle, y hacerle rey, volvió a retirarse al monte, él solo.
Juan 6:16
Y como se hizo tarde, descendieron sus discípulos al mar;
Juan 6:17
y entrando en un navío, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Y era ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos.
Juan 6:18
Y el mar comenzó a levantarse con un gran viento.
Juan 6:19
Cuando hubieron navegado como veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que andaba sobre el mar, y se acercaba al navío; y tuvieron miedo.
Juan 6:20
Pero él les dijo: YO SOY; no tengáis miedo.
Juan 6:21
Y ellos le recibieron de buena gana en el navío; y luego el navío llegó a la tierra donde iban.
Juan 6:22
¶ El día siguiente, la multitud que estaba al otro lado del mar, como vio que no había allí otra navecilla sino una, en la cual habían entrado sus discípulos, y que Jesús no había entrado con sus discípulos en el navío, sino que sus discípulos se habían ido solos;
Juan 6:23
y que otras navecillas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber el Señor dado gracias;
Juan 6:24
cuando vio pues la multitud que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron ellos en las navecillas, y vinieron a Capernaum buscando a Jesús.
Juan 6:25
Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?
Juan 6:26
Les respondió Jesús, y dijo: De cierto, de cierto os digo, que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.
Juan 6:27
Trabajad no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará; porque a éste señaló el Padre, que es Dios.
Juan 6:28
¶ Y le dijeron: ¿Qué haremos para que obremos las obras de Dios?
Juan 6:29
Respondió Jesús, y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él envió.
Juan 6:30
Le dijeron entonces: ¿Qué señal pues haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obras?
Juan 6:31
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.
Juan 6:32
Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés pan del cielo; mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.
Juan 6:33
Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
Juan 6:34
Y le dijeron: Señor, danos siempre este pan.
Juan 6:35
Y Jesús les dijo: YO SOY el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Juan 6:36
Mas ya os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
Juan 6:37
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
Juan 6:38
Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Juan 6:39
Y esta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que de todo lo que me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero.
Juan 6:40
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Juan 6:41
Murmuraban entonces de él los Judíos, porque había dicho: YO SOY el pan que descendí del cielo.
Juan 6:42
Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido?
Juan 6:43
Y Jesús respondió, y les dijo: No murmuréis entre vosotros.
Juan 6:44
Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
Juan 6:45
Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados de Dios. Así que, todo aquel que oyó del Padre, y aprendió, viene a mí.
Juan 6:46
No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios, éste ha visto al Padre.
Juan 6:47
De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.
Juan 6:48
YO SOY el pan de vida.
Juan 6:49
Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y son muertos.
Juan 6:50
Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él comiere, no muera.
Juan 6:51
YO SOY el pan vivo que he descendido del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
Juan 6:52
Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos su carne a comer?
Juan 6:53
Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros.
Juan 6:54
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Juan 6:55
Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
Juan 6:56
El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
Juan 6:57
Como me envió el Padre Viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
Juan 6:58
Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y son muertos; el que come de este pan, vivirá eternamente.
Juan 6:59
Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum.
Juan 6:60
¶ Y muchos de sus discípulos oyéndolo, dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?
Juan 6:61
Y sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza?
Juan 6:62
¿Pues qué será, si viereis al Hijo del hombre que sube donde estaba primero?
Juan 6:63
El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado, son Espíritu y son vida.
Juan 6:64
Mas hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús desde el principio sabía quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar.
Juan 6:65
Y decía: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado de mi Padre.
Juan 6:66
Después de esto, muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.
Juan 6:67
Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis vosotros iros también?
Juan 6:68
Y le respondió Simón Pedro: Señor, ¿A quién iremos? tienes las palabras de vida eterna.
Juan 6:69
Y nosotros creemos y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente.
Juan 6:70
Jesús les respondió: ¿No he escogido yo a vosotros doce, y uno de vosotros es diablo?
Juan 6:71
Y hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón, porque éste era el que le había de entregar, el cual era uno de los doce.
Juan 7:1
¶ Y pasadas estas cosas andaba Jesús en Galilea; que no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle.
Juan 7:2
Y estaba cerca la Fiesta de los judíos, la de los Tabernáculos.
Juan 7:3
Y le dijeron sus hermanos: Pásate de aquí, y vete a Judea, para que tus discípulos también vean las obras que haces.
Juan 7:4
Que ninguno que procura ser claro, hace algo en oculto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.
Juan 7:5
Porque ni aun sus hermanos creían en él.
Juan 7:6
Les dice entonces Jesús: Mi tiempo aún no es venido; mas vuestro tiempo siempre es presto.
Juan 7:7
No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo doy testimonio de él, que sus obras son malas.
Juan 7:8
Vosotros subid a esta Fiesta; yo no subo aún a esta Fiesta, porque mi tiempo aún no es cumplido.
Juan 7:9
Y habiéndoles dicho esto, permaneció en Galilea.
Juan 7:10
Mas como sus hermanos hubieron subido, entonces él también subió al día de la Fiesta, no manifiestamente, sino como en cubierto.
Juan 7:11
Y le buscaban los judíos en la Fiesta, y decían: ¿Dónde está aquel?
Juan 7:12
Y había grande murmullo de él en el pueblo, porque unos decían: Bueno es; y otros decían: No, antes engaña al pueblo.
Juan 7:13
Mas ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo de los judíos.
Juan 7:14
¶ Y al medio de la Fiesta subió Jesús al Templo, y enseñaba.
Juan 7:15
Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, no habiendo aprendido?
Juan 7:16
Les respondió Jesús, y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.
Juan 7:17
El que quisiere hacer su voluntad, conocerá de la doctrina si viene de Dios, o si yo hablo de mí mismo.
Juan 7:18
El que habla de sí mismo, gloria propia busca; mas el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia.
Juan 7:19
¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué me procuráis matar?
Juan 7:20
Respondió el pueblo, y dijo: Demonio tienes; ¿quién te procura matar?
Juan 7:21
Jesús respondió, y les dijo: Una obra hice, y todos os maravilláis.
Juan 7:22
Cierto, Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres); y en sábado circuncidáis al hombre.
Juan 7:23
Si recibe un hombre la circuncisión en sábado, sin que la ley de Moisés sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en sábado hice sano del todo a un hombre?
Juan 7:24
No juzguéis según lo que parece, mas juzgad con justo juicio.
Juan 7:25
Decía entonces uno de los de Jerusalén: ¿No es éste al que buscan para matarlo?
Juan 7:26
Y he aquí, habla públicamente, y no le dicen nada; ¿han por ventura entendido verdaderamente los príncipes, que éste es el Cristo?
Juan 7:27
Mas éste, sabemos de dónde es; y cuando viniere el Cristo, nadie sabrá de dónde sea.
Juan 7:28
Entonces clamaba Jesús en el Templo, enseñando y diciendo: Y a mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; pero no he venido de mí mismo; mas el que me envió es verdadero, al cual vosotros no ignoráis.
Juan 7:29
Pero yo le conozco, porque de él soy, y él me envió.
Juan 7:30
Entonces procuraban prenderle; mas ninguno puso en él mano, porque aún no había venido su hora.
Juan 7:31
Y muchos del pueblo creyeron en él, y decían: El Cristo, cuando viniere, ¿hará más señales que las que éste hace?
Juan 7:32
Los fariseos oyeron al pueblo que murmuraba de él estas cosas; y los príncipes de los sacerdotes y los fariseos enviaron servidores que le prendiesen.
Juan 7:33
Y Jesús dijo: Aún un poco de tiempo estaré con vosotros, e iré al que me envió.
Juan 7:34
Me buscaréis, y no me hallaréis; y donde yo estaré, vosotros no podréis venir.
Juan 7:35
Entonces los judíos dijeron entre sí: ¿A dónde se ha de ir éste que no le hallemos? ¿Se ha de ir a los esparcidos entre los griegos, y a enseñar a los griegos?
Juan 7:36
¿Qué dicho es éste que dijo: Me buscaréis, y no me hallaréis; y donde yo estaré, vosotros no podréis venir?
Juan 7:37
¶ Mas en el postrer día, el día grande de la Fiesta, se puso de pie y clamó, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
Juan 7:38
El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre.
Juan 7:39
(Y esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; porque aún no era dado el Espíritu Santo, porque Jesús aún no era glorificado.)
Juan 7:40
Entonces muchos del pueblo, oyendo este dicho, decían: Verdaderamente éste es el profeta.
Juan 7:41
Otros decían: Este es el Cristo. Algunos sin embargo decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo?
Juan 7:42
¿No dice la Escritura, que de la simiente de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, vendrá el Cristo?
Juan 7:43
Así que había disensión entre el pueblo por él.
Juan 7:44
Y algunos de ellos querían prenderle; mas ninguno echó sobre él manos.
Juan 7:45
¶ Y los servidores vinieron a los sumo sacerdotes y a los fariseos; y ellos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis?
Juan 7:46
Los servidores respondieron: Nunca ha hablado nadie así como este hombre.
Juan 7:47
Entonces los fariseos les respondieron: ¿Habéis sido también vosotros engañados?
Juan 7:48
¿Ha creído en él alguno de los príncipes, o de los fariseos?
Juan 7:49
Sino este pueblo que no sabe la ley, malditos son.
Juan 7:50
Les dice Nicodemo (el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos):
Juan 7:51
¿Nuestra ley juzga por ventura a hombre, si primero no oyere de él, y entendiere lo que ha hecho?
Juan 7:52
Respondieron y le dijeron: ¿No eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se levantó profeta.
Juan 7:53
Y se fue cada uno a su casa.
Juan 8:1
¶ Y Jesús se fue al monte de las Olivas.
Juan 8:2
Y por la mañana volvió al Templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba.
Juan 8:3
Entonces los escribas y los fariseos le traen una mujer tomada en adulterio; y poniéndola en medio,
Juan 8:4
le dicen: Maestro, esta mujer ha sido tomada en el mismo hecho, adulterando;
Juan 8:5
y en la ley Moisés nos mandó apedrear a las tales. Tú pues, ¿qué dices?
Juan 8:6
Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia abajo, escribía en tierra con el dedo.
Juan 8:7
Y como perseverasen preguntándole, se enderezó, y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
Juan 8:8
Y volviéndose a inclinar hacia abajo, escribía en tierra.
Juan 8:9
Oyendo pues ellos esto (redargüidos de la conciencia), se salían uno a uno, comenzando desde los más viejos (hasta los postreros), y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
Juan 8:10
Y enderezándose Jesús, y no viendo a nadie más que a la mujer, le dijo: ¿Mujer, dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te ha condenado?
Juan 8:11
Y ella dijo: Señor, ninguno. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Juan 8:12
¶ Y les habló Jesús otra vez, diciendo: YO SOY la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.
Juan 8:13
Entonces los fariseos le dijeron: Tú de ti mismo das testimonio; tu testimonio no es verdadero.
Juan 8:14
Respondió Jesús, y les dijo: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; mas vosotros no sabéis de dónde vengo, y a dónde voy.
Juan 8:15
Vosotros según la carne juzgáis; mas yo no juzgo a nadie.
Juan 8:16
Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy solo, sino yo y el que me envió, el Padre.
Juan 8:17
Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.
Juan 8:18
YO SOY el que doy testimonio de mí mismo, y da testimonio de mí el que me envió, el Padre.
Juan 8:19
Y le decían: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, a mi Padre también conoceríais.
Juan 8:20
Estas palabras habló Jesús en el lugar de las limosnas, enseñando en el Templo; y nadie le prendió; porque aún no había venido su hora.
Juan 8:21
¶ Y les dijo otra vez Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, mas en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir.
Juan 8:22
Decían entonces los judíos: ¿Se ha de matar a sí mismo, que dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir?
Juan 8:23
Y les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.
Juan 8:24
Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creyereis que YO SOY, en vuestros pecados moriréis.
Juan 8:25
Y le decían: ¿Tú quién eres? Entonces Jesús les dijo: El que al principio también os he dicho.
Juan 8:26
Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; mas el que me envió, es verdadero; y yo, lo que he oído de él, esto hablo en el mundo.
Juan 8:27
Pero no entendieron que él les hablaba del Padre.
Juan 8:28
Les dijo pues, Jesús: Cuando levantareis al Hijo del hombre, entonces entenderéis que YO SOY, y que nada hago de mí mismo; mas como mi Padre me enseñó, esto hablo.
Juan 8:29
Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre; porque yo, lo que a él agrada, hago siempre.
Juan 8:30
Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él.
Juan 8:31
¶ Y decía Jesús a los judíos que le habían creído: Si vosotros permaneciéreis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
Juan 8:32
y conoceréis la Verdad, y la Verdad os libertará.
Juan 8:33
Y le respondieron: Simiente de Abraham somos, y jamás servimos a nadie, ¿cómo dices tú: Seréis libres?
Juan 8:34
Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, es siervo de pecado.
Juan 8:35
Y el siervo no permanece en casa para siempre; mas el hijo permanece para siempre.
Juan 8:36
Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Juan 8:37
Sé que sois simiente de Abraham, mas procuráis matarme, porque mi palabra no cabe en vosotros.
Juan 8:38
¶ Yo, lo que he visto con mi Padre, hablo; y vosotros lo que habéis visto con vuestro padre, hacéis.
Juan 8:39
Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Les dice Jesús: Si fuerais hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.
Juan 8:40
Pero ahora procuráis matarme, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.
Juan 8:41
Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Le dijeron entonces: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios.
Juan 8:42
Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuera Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; que no he venido de mí mismo, mas él me envió.
Juan 8:43
¿Por qué no reconocéis mi lenguaje? Porque no podéis oír mi palabra.
Juan 8:44
Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir. El, homicida ha sido desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira .
Juan 8:45
Y porque yo digo Verdad, no me creéis.
Juan 8:46
¶ ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Si digo verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?
Juan 8:47
El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
Juan 8:48
Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y tienes demonio?
Juan 8:49
Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me habéis deshonrado.
Juan 8:50
Y no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga.
Juan 8:51
¶ De cierto, de cierto os digo, que el que guardare mi palabra, no verá muerte para siempre.
Juan 8:52
Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas, ¿y tú dices: El que guardare mi palabra, no gustará muerte para siempre?
Juan 8:53
¿Eres tú mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? Y los profetas murieron; ¿quién te haces?
Juan 8:54
Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria es nada; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios;
Juan 8:55
y no le conocéis: mas yo le conozco; y si dijere que no le conozco, seré como vosotros mentiroso, mas le conozco, y guardo su palabra.
Juan 8:56
Abraham vuestro padre se gozó por ver mi día; y lo vio, y se gozó.
Juan 8:57
Le dijeron entonces los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?
Juan 8:58
Les dijo Jesús: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, YO SOY.
Juan 8:59
Tomaron entonces piedras para tirarle; mas Jesús se encubrió, y salió del Templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.
Juan 9:1
¶ Y pasando Jesús, vio un hombre ciego desde su nacimiento.
Juan 9:2
Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciese ciego?
Juan 9:3
Respondió Jesús: Ni éste pecó, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
Juan 9:4
A mí me conviene hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede obrar.
Juan 9:5
Entre tanto que estuviere en el mundo, luz soy del mundo.
Juan 9:6
Esto dicho, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó el lodo sobre los ojos del ciego,
Juan 9:7
y le dijo: Ve, lávate en el estanque de Siloé (que significa, si lo declaras, Enviado). Y fue entonces, y se lavó, y volvió viendo.
Juan 9:8
¶ Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿no es éste el que se sentaba y mendigaba?
Juan 9:9
Unos decían: Este es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy.
Juan 9:10
Entonces le decían: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?
Juan 9:11
Respondió él y dijo: Un hombre que se llama Jesús, hizo lodo, y me untó los ojos, y me dijo: Ve al estanque de Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista.
Juan 9:12
Entonces le dijeron: ¿Dónde está aquel? El dijo: No sé.
Juan 9:13
¶ Llevaron a los fariseos al que antes había sido ciego.
Juan 9:14
Y era sábado cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos.
Juan 9:15
Y le volvieron a preguntar también los fariseos de qué manera había recibido la vista. Y él les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo.
Juan 9:16
Entonces unos de los fariseos le decían: Este hombre no es de Dios, que no guarda el sábado. Y otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos.
Juan 9:17
Vuelven a decir al ciego: ¿Tú, qué dices del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta.
Juan 9:18
Mas los judíos no creían de él, que había sido ciego, y hubiese recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista;
Juan 9:19
y les preguntaron, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?
Juan 9:20
Les respondieron sus padres y dijeron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego;
Juan 9:21
mas cómo vea ahora, no sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros no lo sabemos; él tiene edad, preguntadle a él; él hablará de sí.
Juan 9:22
Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos; porque ya los judíos habían conspirado, que si alguno confesase ser él el Cristo, fuera expulsado de la sinagoga.
Juan 9:23
Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él.
Juan 9:24
Así que, volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es pecador.
Juan 9:25
Entonces él respondió, y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
Juan 9:26
Y le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?
Juan 9:27
Les respondió: Ya os lo he dicho, y lo habéis oído; ¿qué más queréis oír? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?
Juan 9:28
Y le maldijeron, y dijeron: Tú seas su discípulo; pero nosotros discípulos de Moisés somos.
Juan 9:29
Nosotros sabemos que a Moisés habló Dios; mas éste no sabemos de dónde es.
Juan 9:30
Les respondió aquel hombre, y les dijo: Por cierto, maravillosa cosa es ésta, que vosotros no sabéis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos.
Juan 9:31
Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; mas si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a éste oye.
Juan 9:32
Desde el siglo no fue oído, que abriese alguno los ojos de uno que nació ciego.
Juan 9:33
Si éste no fuera venido de Dios, no pudiera hacer nada.
Juan 9:34
Respondieron, y le dijeron: En pecados eres nacido del todo, ¿y tú nos enseñas? Y le echaron fuera.
Juan 9:35
¶ Oyó Jesús que le habían echado fuera; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?
Juan 9:36
Respondió él, y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él?
Juan 9:37
Y le dijo Jesús: Y le has visto, y el que habla contigo, él es.
Juan 9:38
Y él dice: Creo, Señor; y le adoró.
Juan 9:39
¶ Y dijo Jesús: Yo, para juicio he venido a este mundo; para que los que no ven, vean; y los que ven, sean cegados.
Juan 9:40
Y oyeron esto algunos de los fariseos que estaban con él, y le dijeron: ¿Somos nosotros también ciegos?
Juan 9:41
Les dijo Jesús: Si fuerais ciegos, no tuvierais pecado; mas ahora porque decís: Vemos, por tanto vuestro pecado permanece.
Juan 10:1
¶ De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, mas sube por otra parte, el tal es ladrón y robador.
Juan 10:2
Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
Juan 10:3
A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.
Juan 10:4
Y cuando ha sacado fuera sus ovejas, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
Juan 10:5
Mas al extraño no seguirán, antes huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
Juan 10:6
Esta parábola les dijo Jesús; mas ellos no entendieron qué era lo que les decía.
Juan 10:7
Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: YO SOY la puerta de las ovejas.
Juan 10:8
Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y robadores; mas no los oyeron las ovejas.
Juan 10:9
YO SOY la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
Juan 10:10
El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir las ovejas ; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Juan 10:11
YO SOY el buen pastor; el buen pastor su alma da por sus ovejas.
Juan 10:12
Mas el asalariado, y que no es pastor, de quien no son propias las ovejas, ve al lobo que viene, y deja las ovejas, y huye, y el lobo las arrebata, y esparce las ovejas.
Juan 10:13
Así que, el asalariado, huye, porque es asalariado, y las ovejas no le pertenecen.
Juan 10:14
YO SOY el buen Pastor; y conozco mis ovejas , y las mías me conocen.
Juan 10:15
Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi alma por las ovejas.
Juan 10:16
También tengo otras ovejas que no son de este corral, aquellas también me conviene traer, y oirán mi voz; y se hará un corral, y habrá un pastor.
Juan 10:17
Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi alma, para volverla a tomar.
Juan 10:18
Nadie me la quita, mas yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
Juan 10:19
¶ Y volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras.
Juan 10:20
Y muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿para qué le oís?
Juan 10:21
Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado; ¿puede un demonio abrir los ojos de los ciegos?
Juan 10:22
¶ Y se hacían las Encenias (dedicación) en Jerusalén; y era invierno;
Juan 10:23
Y Jesús andaba en el templo por el portal de Salomón.
Juan 10:24
Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo quitas nuestra alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
Juan 10:25
Les respondió Jesús: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, éstas dan testimonio de mí;
Juan 10:26
mas vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
Juan 10:27
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;
Juan 10:28
y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.
Juan 10:29
Mi Padre que me las dio, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Juan 10:30
Yo y el Padre una cosa somos.
Juan 10:31
Entonces volvieron a tomar piedras los judíos para apedrearle.
Juan 10:32
Les respondió Jesús: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre, ¿por cuál obra de esas me apedreáis?
Juan 10:33
Le respondieron los judíos, diciendo: Por la buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
Juan 10:34
Les respondió Jesús: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?
Juan 10:35
Si dijo, dioses, a aquellos a los cuales fue hecha palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),
Juan 10:36
¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?
Juan 10:37
Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.
Juan 10:38
Mas si las hago, y aunque a mí no me creáis, creed a las obras; para que conozcáis y creáis que el Padre es en mí, y yo en él.
Juan 10:39
¶ Por eso procuraban otra vez prenderle; mas él se salió de sus manos;
Juan 10:40
Y se volvió al otro lado del Jordán, a aquel lugar donde primero había estado bautizando Juan; y permaneció allí.
Juan 10:41
Y muchos venían a él, y decían que Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; mas todo lo que Juan dijo de éste, era verdad.
Juan 10:42
Y muchos creyeron allí en él.
Juan 11:1
¶ Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.
Juan 11:2
(Y María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con ungüento, y limpió sus pies con sus cabellos)
Juan 11:3
Enviaron, pues, sus hermanas a él, diciendo: Señor, he aquí, el que amas está enfermo.
Juan 11:4
Y oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
Juan 11:5
Y amaba Jesús a Marta, y a su hermana, y a Lázaro.
Juan 11:6
Cuando oyó pues que estaba enfermo, permaneció aún dos días en aquel lugar donde estaba.
Juan 11:7
Luego, después de esto, dijo a sus discípulos: Vamos a Judea otra vez.
Juan 11:8
Le dicen los discípulos: Rabí, antes procuraban los Judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá?
Juan 11:9
Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anduviere de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo.
Juan 11:10
Mas el que anduviere de noche, tropieza, porque no hay luz en él.
Juan 11:11
Dicho esto, les dice después: Lázaro nuestro amigo duerme; mas voy a despertarle del sueño.
Juan 11:12
Le dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, salvo estará.
Juan 11:13
Mas esto decía Jesús de la muerte de él; y ellos pensaron que hablaba del sueño de dormir.
Juan 11:14
Entonces, pues, Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto;
Juan 11:15
y me alegro por vosotros, que yo no haya estado allí, para que creáis; mas vamos a él.
Juan 11:16
Dijo entonces Tomás, el que se dice el Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él.
Juan 11:17
¶ Vino pues Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que estaba en el sepulcro.
Juan 11:18
Y Betania estaba cerca de Jerusalén, como quince estadios;
Juan 11:19
y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, a consolarlas de su hermano.
Juan 11:20
Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a recibirle; mas María se estuvo en la casa.
Juan 11:21
Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto;
Juan 11:22
mas también sé ahora, que todo lo que pidieres de Dios, te dará Dios.
Juan 11:23
Le dice Jesús: Resucitará tu hermano.
Juan 11:24
Marta le dice: Yo sé que resucitará en la resurrección en el día postrero.
Juan 11:25
Le dice Jesús: YO SOY la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Juan 11:26
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Juan 11:27
Le dice: Sí Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Juan 11:28
Y dicho esto, se fue, y llamó en secreto a María su hermana, diciendo: El Maestro está aquí y te llama.
Juan 11:29
Ella, cuando lo oyó, se levantó prestamente y vino a él.
Juan 11:30
(Que aún no había llegado Jesús a la aldea, mas estaba en aquel lugar donde Marta le había salido a recibir.)
Juan 11:31
Entonces los judíos que estaban en casa con ella, y la consolaban, como vieron que María se había levantado prestamente, y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí.
Juan 11:32
Mas María, como vino donde estaba Jesús, viéndole, se derribó a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, no hubiera muerto mi hermano.
Juan 11:33
¶ Jesús entonces, como la vio llorando, y a los judíos que habían venido juntamente con ella llorando, se embraveció en Espíritu, se alborotó a sí mismo,
Juan 11:34
y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dicen: Señor, ven, y ve.
Juan 11:35
Y lloró Jesús.
Juan 11:36
Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.
Juan 11:37
Y unos de ellos dijeron: ¿No podía éste que abrió los ojos al ciego, hacer que éste no muriera?
Juan 11:38
Y Jesús, por eso, embraveciéndose otra vez en sí mismo, vino al sepulcro donde había una cueva, la cual tenía una piedra encima.
Juan 11:39
Dice Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que se había muerto, le dice: Señor, hiede ya, que es de cuatro días.
Juan 11:40
Jesús le dice: ¿No te he dicho que, si creyeres, verás la gloria de Dios?
Juan 11:41
Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto. Y Jesús, alzando los ojos arriba, dijo: Padre, gracias te doy que me has oído.
Juan 11:42
Que yo sabía que siempre me oyes; mas por causa de la compañía que está alrededor, lo dije, para que crean que tú me has enviado.
Juan 11:43
Y habiendo dicho estas cosas, clamó a gran voz: Lázaro, ven fuera.
Juan 11:44
Entonces el que había estado muerto, salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro estaba envuelto en un sudario. Les dice Jesús: Desatadle, y dejadle ir.
Juan 11:45
¶ Entonces muchos de los judíos que habían venido a María, y habían visto lo que había hecho Jesús, creyeron en él.
Juan 11:46
Mas unos de ellos fueron a los fariseos, y les dijeron lo que Jesús había hecho.
Juan 11:47
Y los sumo sacerdotes y los fariseos juntaron concilio, y decían: ¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales.
Juan 11:48
Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y quitarán nuestro lugar y la nación.
Juan 11:49
Y Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote de aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;
Juan 11:50
ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación se pierda.
Juan 11:51
Mas esto no lo dijo de sí mismo; sino que, como era el sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;
Juan 11:52
y no solamente por aquella nación, mas también para que juntase en uno los hijos de Dios que estaban dispersos.
Juan 11:53
Así que, desde aquel día consultaban juntos para matarle.
Juan 11:54
De manera que Jesús ya no andaba manifiestamente entre los judíos; mas se fue de allí a la tierra que está junto al desierto, a una ciudad que se llama Efraín; y se estaba allí con sus discípulos.
Juan 11:55
Y la Pascua de los judíos estaba cerca; y muchos subieron de la tierra a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse;
Juan 11:56
y buscaban a Jesús, y hablaban los unos con los otros estando en el Templo: ¿Qué os parece? ¿Qué no vendrá a la fiesta?
Juan 11:57
Y los sumo sacerdotes y los fariseos habían dado mandamiento, que si alguno supiese dónde estuviera, lo manifestase, para que le prendiesen.
Juan 12:1
¶ Jesús, pues, seis días antes de la Pascua, vino a Betania, donde Lázaro había sido muerto, al cual Jesús había resucitado de los muertos.
Juan 12:2
Y le hicieron allí una cena y Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa juntamente con él.
Juan 12:3
Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo líquido, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y limpió sus pies con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del ungüento.
Juan 12:4
Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote, hijo de Simón, el que le había de entregar:
Juan 12:5
¿Por qué no se ha vendido este ungüento por trescientos denarios, y se dio a los pobres?
Juan 12:6
Mas dijo esto, no por el cuidado que él tenía de los pobres, sino porque era ladrón, y tenía la bolsa, y sustraía de lo que se echaba en ella .
Juan 12:7
Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto;
Juan 12:8
porque a los pobres siempre los tenéis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.
Juan 12:9
Entonces muchos del pueblo de los judíos supieron que él estaba allí; y vinieron no solamente por causa de Jesús, sino también por ver a Lázaro, al cual había resucitado de los muertos.
Juan 12:10
Consultaron asimismo los príncipes de los sacerdotes, sobre matar también a Lázaro;
Juan 12:11
porque muchos de los judíos iban y creían en Jesús por causa de él.
Juan 12:12
¶ El siguiente día, la multitud que había venido al día de la Fiesta, cuando oyeron que Jesús venía a Jerusalén,
Juan 12:13
tomaron ramos de palmas, y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna, Bendito el que viene en el Nombre del Señor, el Rey de Israel!
Juan 12:14
Y halló Jesús un asnillo, y se sentó sobre él, como está escrito:
Juan 12:15
No temas, oh hija de Sión: he aquí tu Rey viene, sentado sobre un pollino de asna.
Juan 12:16
Mas estas cosas no las entendieron sus discípulos de primero; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas de él, y que le hicieron estas cosas.
Juan 12:17
Y la multitud que estaba con él, daba testimonio de cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de los muertos.
Juan 12:18
Por lo cual también había venido la multitud a recibirle, porque habían oído que él había hecho esta señal;
Juan 12:19
mas los fariseos dijeron entre sí: ¿Veis que nada aprovecháis? He aquí, que todo el mundo se va tras de él.
Juan 12:20
¶ Y había unos griegos de los que habían subido a adorar en la Fiesta.
Juan 12:21
Estos pues, se llegaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, querríamos ver a Jesús.
Juan 12:22
Vino Felipe, y lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe, lo dicen a Jesús.
Juan 12:23
Entonces Jesús les respondió, diciendo: La hora viene en que el Hijo del hombre ha de ser clarificado.
Juan 12:24
De cierto, de cierto os digo, que si el grano que cae en la tierra, no muriere, él solo queda; mas si muriere, mucho fruto lleva.
Juan 12:25
El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
Juan 12:26
El que me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Al que me sirviere, mi Padre le honrará.
Juan 12:27
¶ Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? Padre, sálvame de esta hora; mas por esto he venido en esta hora.
Juan 12:28
Padre, clarifica tu Nombre. Entonces vino una voz del cielo: Y lo he clarificado, y lo clarificaré otra vez.
Juan 12:29
Y el pueblo que estaba presente, y la había oído, decía que había sido trueno. Otros decían: un ángel le ha hablado.
Juan 12:30
Respondió Jesús, y dijo: No ha venido esta voz por mi causa, sino por causa de vosotros.
Juan 12:31
Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Juan 12:32
Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos traeré a mí mismo.
Juan 12:33
Y esto decía señalando de qué muerte había de morir.
Juan 12:34
Le respondió el pueblo: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre, ¿cómo pues dices tú: Conviene que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del hombre?
Juan 12:35
Entonces Jesús les dice: Aún por un poco estará la Luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os tomen las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe dónde va.
Juan 12:36
Entre tanto que tenéis la Luz, creed en la Luz, para que seáis hijos de la Luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue, y se escondió de ellos.
Juan 12:37
¶ Pero aun habiendo hecho delante de ellos tantas señales, no creían en él.
Juan 12:38
Para que se cumpliese la palabra que dijo el profeta Isaías: ¿Señor, quién creerá a nuestro dicho? ¿Y el brazo del Señor, a quién es revelado?
Juan 12:39
Por esto no podían creer, porque otra vez dijo Isaías:
Juan 12:40
Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan de corazón, Y se conviertan, y yo los sane.
Juan 12:41
Estas cosas dijo Isaías cuando vio su gloria, y habló de él.
Juan 12:42
¶ Con todo eso, aun de los príncipes, muchos creyeron en él; mas por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser echados de la sinagoga.
Juan 12:43
Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
Juan 12:44
¶ Mas Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;
Juan 12:45
y el que me ve, ve al que me envió.
Juan 12:46
Yo, la Luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
Juan 12:47
Y el que oyere mis palabras, y no creyere, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
Juan 12:48
El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
Juan 12:49
Porque yo no he hablado de mí mismo; mas el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
Juan 12:50
Y sé que su mandamiento es vida eterna; así que, lo que yo hablo, como el Padre me lo ha dicho, así hablo.
Juan 13:1
¶ Antes del día de la Fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había venido para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Juan 13:2
Y la cena acabada, como el diablo ya se había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, que le entregase,
Juan 13:3
sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,
Juan 13:4
se levantó de la cena, y se quitó su ropa, y tomando una toalla, se ciñó.
Juan 13:5
Luego puso agua en una vasija, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a limpiarlos con la toalla con que estaba ceñido.
Juan 13:6
Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dice: ¿Señor, tú me lavas los pies?
Juan 13:7
Respondió Jesús, y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora; mas lo entenderás después.
Juan 13:8
Le dice Pedro: No me lavarás los pies jamás. Le respondió Jesús: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.
Juan 13:9
Le dice Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, mas aun las manos y la cabeza.
Juan 13:10
Le dice Jesús: El que está lavado, no necesita sino que se lave los pies, porque está todo limpio; y vosotros limpios sois, aunque no todos.
Juan 13:11
Porque sabía quién era el que lo entregaba; por eso dijo: No sois limpios todos.
Juan 13:12
Así que, después que les hubo lavado los pies, y tomado su ropa, volviéndose a sentar a la mesa, les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?
Juan 13:13
Vosotros me llamáis, Maestro y Señor; y decís bien; porque lo soy.
Juan 13:14
Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavar los pies los unos de los otros.
Juan 13:15
Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
Juan 13:16
De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su Señor, ni el apóstol es mayor que el que le envió.
Juan 13:17
Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis, si las hiciereis.
Juan 13:18
¶ No hablo de todos vosotros; yo sé los que he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.
Juan 13:19
Desde ahora os lo digo antes que se haga, para que cuando se hiciere, creáis que YO SOY.
Juan 13:20
De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, a mí recibe; y el que a mí me recibe, recibe al que me envió.
Juan 13:21
Habiendo dicho Jesús esto, fue conmovido en el espíritu, y protestó, y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar.
Juan 13:22
Entonces los discípulos mirábanse los unos a los otros, dudando de quién decía.
Juan 13:23
Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba sentado en la mesa al lado de Jesús.
Juan 13:24
A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien decía.
Juan 13:25
El, entonces, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: Señor, ¿quién es?
Juan 13:26
Respondió Jesús: Aquel es, a quien yo diere el bocado mojado. Y mojando el bocado, lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón.
Juan 13:27
Y tras el bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dice: Lo que harás, hazlo más pronto.
Juan 13:28
Mas ninguno de los que estaban a la mesa entendió a qué propósito le dijo esto.
Juan 13:29
Porque los unos pensaban, porque Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.
Juan 13:30
Cuando él pues hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya noche.
Juan 13:31
¶ Entonces cuando él salió, dijo Jesús: Ahora es clarificado el Hijo del hombre, y Dios es clarificado en él.
Juan 13:32
Si Dios es clarificado en él, Dios también le clarificará en sí mismo, y luego le clarificará.
Juan 13:33
Hijitos, aun un poco estoy con vosotros. Me buscaréis; mas, como dije a los judíos: Donde yo voy, vosotros no podéis venir; y ahora os lo digo.
Juan 13:34
Un mandamiento nuevo os doy: Que os ameis unos a otros; como os he amado, que también os améis los unos a los otros.
Juan 13:35
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Juan 13:36
¶ Le dice Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Le respondió Jesús: Donde yo voy, no me puedes ahora seguir; mas me seguirás después.
Juan 13:37
Le dice Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi alma pondré por ti.
Juan 13:38
Le respondió Jesús: ¿Tu alma pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.
Juan 14:1
¶ No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
Juan 14:2
En la Casa de mi Padre muchas moradas hay; de otra manera os lo hubiera dicho; porque voy a aparejaros el lugar.
Juan 14:3
Y si me fuere, y os aparejare el lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Juan 14:4
¶ Así que sabéis a dónde yo voy; y sabéis el camino.
Juan 14:5
Le dice Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
Juan 14:6
Jesús le dice: YO SOY el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:7
Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
Juan 14:8
Le dice Felipe: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
Juan 14:9
Jesús le dice: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto, ha visto (también) al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
Juan 14:10
¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo de mí mismo; mas el Padre que permanece en mí, él hace las obras.
Juan 14:11
Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
Juan 14:12
¶ De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que éstas hará; porque yo voy al Padre.
Juan 14:13
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Juan 14:14
Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Juan 14:15
¶ Si me amáis, guardad mis mandamientos;
Juan 14:16
y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que permanece con vosotros para siempre:
Juan 14:17
Al Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis; porque permanece con vosotros, y será en vosotros.
Juan 14:18
¶ No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
Juan 14:19
Aún un poquito, y el mundo no me verá más; sin embargo vosotros me veréis; porque yo vivo vosotros también viviréis.
Juan 14:20
Aquel día vosotros conoceréis que yo soy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
Juan 14:21
El que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquel es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
Juan 14:22
Le dice Judas, no el Iscariote: Señor, ¿qué hay porque te hayas de manifestar a nosotros, y no al mundo?
Juan 14:23
Respondió Jesús, y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.
Juan 14:24
El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído, no es mía, sino del Padre que me envió.
Juan 14:25
¶ Estas cosas os he hablado estando con vosotros.
Juan 14:26
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, aquel os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho.
Juan 14:27
La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Juan 14:28
¶ Habéis oído cómo yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amaseis, ciertamente os gozaríais, (porque he dicho) que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.
Juan 14:29
Y ahora os lo he dicho antes que se haga, para que cuando se hiciere, creáis.
Juan 14:30
Ya no hablaré mucho con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo; mas no tiene nada en mí.
Juan 14:31
Pero para que conozca el mundo que amo al Padre, y como el Padre me dio el mandamiento, así hago. Levantaos, vamos de aquí,
Juan 15:1
¶ YO SOY la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Juan 15:2
Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
Juan 15:3
Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.
Juan 15:4
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no permaneciere en la vid; así vosotros, si no estuviereis en mí.
Juan 15:5
YO SOY la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer.
Juan 15:6
El que no permanece en mí, será echado fuera como mal pámpano, y se secará; y los cogen, y los echan en el fuego, y arden.
Juan 15:7
Si permaneces en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, todo lo que quisiereis pediréis, y os será hecho.
Juan 15:8
En esto es clarificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
Juan 15:9
¶ Como el Padre me amó, también yo os he amado; permaneced en mi amor.
Juan 15:10
Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanesco en su amor.
Juan 15:11
Estas cosas os he hablado, para que mi gozo permanece en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
Juan 15:12
Este es mi mandamiento: Que os ameis los unos a los otros, como yo os he amado.
Juan 15:13
Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su alma por sus amigos.
Juan 15:14
Vosotros sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando.
Juan 15:15
Ya no os diré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; mas os he dicho amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he hecho notorias.
Juan 15:16
No me elegisteis vosotros a mí , mas yo os elegí a vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis del Padre en mi nombre, él os lo dé.
Juan 15:17
Esto os mando: Que os ameis los unos a los otros.
Juan 15:18
¶ Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros.
Juan 15:19
Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo que es suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo.
Juan 15:20
Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirá; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
Juan 15:21
Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.
Juan 15:22
Si no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado, mas ahora no tienen excusa de su pecado.
Juan 15:23
El que me aborrece, también a mi Padre aborrece.
Juan 15:24
Si no hubiese hecho entre ellos obras cuales ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; mas ahora, las han visto, y me aborrecen a mí y a mi Padre.
Juan 15:25
Mas para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Que sin causa me aborrecieron.
Juan 15:26
¶ Pero cuando viniere el Consolador, el cual yo os enviaré del Padre, el Espíritu de Verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí.
Juan 15:27
Y vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio.
Juan 16:1
¶ Estas cosas os he hablado, para que no os escandalicéis.
Juan 16:2
Os echarán de las sinagogas; y aun viene la hora, cuando cualquiera que os matare, pensará que hace servicio a Dios.
Juan 16:3
Y estas cosas os harán, porque no conocen al Padre ni a mí.
Juan 16:4
Mas os he dicho esto, para que cuando aquella hora viniere, os acordéis que yo os lo había dicho. Esto empero no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros.
Juan 16:5
Mas ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿Adónde vas?
Juan 16:6
Antes, porque os he hablado estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón.
Juan 16:7
¶ Pero yo os digo la verdad: Os es necesario que yo me vaya; porque si yo no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.
Juan 16:8
Y cuando él viniere redargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio.
Juan 16:9
De pecado ciertamente, por cuanto no creen en mí;
Juan 16:10
y de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;
Juan 16:11
mas de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ya es juzgado.
Juan 16:12
Aún tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis llevar.
Juan 16:13
Pero cuando viniere aquel Espíritu de Verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir.
Juan 16:14
El me clarificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.
Juan 16:15
Todo lo que tiene el Padre, mío es; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.
Juan 16:16
Aún un poquito, y no me veréis después ; y otra vez un poquito, y me veréis; porque yo voy al Padre.
Juan 16:17
Entonces dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Aún un poquito, y no me veréis después ; y otra vez un poquito, y me veréis; y, porque yo voy al Padre?
Juan 16:18
Así que decían: ¿Qué es esto que dice: Un poquito? No entendemos lo que habla.
Juan 16:19
Y conoció Jesús que le querían preguntar, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros de esto que dije: Aún un poquito, y no me veréis después , y otra vez un poquito, y me veréis?
Juan 16:20
De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estaréis tristes, vuestra tristeza se tornará en gozo.
Juan 16:21
La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque es venida su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la apretura, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
Juan 16:22
También, pues, vosotros ahora ciertamente tenéis tristeza; mas otra vez os veré, y se gozará vuestro corazón, y nadie quitará de vosotros vuestro gozo.
Juan 16:23
¶ Y aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis a mi Padre en mi nombre, os lo dará.
Juan 16:24
Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
Juan 16:25
Estas cosas os he hablado en proverbios; la hora viene cuando ya no os hablaré por proverbios, pero claramente os anunciaré de mi Padre.
Juan 16:26
En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo, que yo rogaré al Padre por vosotros;
Juan 16:27
porque el mismo Padre os ama, porque vosotros me amasteis, y habéis creído que yo salí de Dios.
Juan 16:28
¶ Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.
Juan 16:29
Le dicen sus discípulos: He aquí, ahora hablas claramente, y ningún proverbio dices.
Juan 16:30
Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; en esto creemos que has salido de Dios.
Juan 16:31
Les respondió Jesús: ¿Ahora creéis?
Juan 16:32
He aquí, la hora viene, y ya es venida, que seréis esparcidos cada uno por su cabo, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Juan 16:33
Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis apretura; mas confiad, yo he vencido al mundo.
Juan 17:1
¶ Estas cosas habló Jesús, y levantados los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora viene; clarifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te clarifique a ti;
Juan 17:2
como le has dado la potestad de toda carne, para que a todos los que le diste, les dé vida eterna.
Juan 17:3
Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el único Dios verdadero, y al que enviaste, Jesús, el Cristo.
Juan 17:4
Yo te he clarificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
Juan 17:5
Ahora pues, Padre, clarifícame tú cerca de ti mismo de aquella claridad que tuve cerca de ti antes que el mundo fuese.
Juan 17:6
¶ He manifestado tu Nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y guardaron tu palabra.
Juan 17:7
Ahora ya han conocido que todas las cosas que me diste, son de ti;
Juan 17:8
porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
Juan 17:9
Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son;
Juan 17:10
y todas mis cosas son tus cosas, y tus cosas son mis cosas; y he sido clarificado en ellas.
Juan 17:11
¶ Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo a ti vengo. Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu Nombre, para que sean una cosa, como también nosotros.
Juan 17:12
Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu Nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición; para que la Escritura se cumpliese.
Juan 17:13
Mas ahora vengo a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.
Juan 17:14
Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Juan 17:15
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
Juan 17:16
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Juan 17:17
¶ Santifícalos en tu verdad; tu palabra es la Verdad.
Juan 17:18
Como tú me enviaste al mundo, también yo los he enviado al mundo.
Juan 17:19
Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
Juan 17:20
¶ Mas no ruego solamente por ellos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos.
Juan 17:21
Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa; para que el mundo crea que tú me enviaste.
Juan 17:22
Y yo, la claridad que me diste les he dado; para que sean una cosa, como también nosotros somos una cosa.
Juan 17:23
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en una cosa; y que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado, como también a mí me has amado.
Juan 17:24
¶ Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, ellos estén también conmigo; para que vean mi claridad que me has dado; por cuanto me has amado desde antes de la constitución del mundo.
Juan 17:25
Padre justo, el mundo no te ha conocido, mas yo te he conocido; y éstos han conocido que tú me enviaste;
Juan 17:26
y yo les he manifestado tu Nombre, y lo manifestaré aún; para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
Juan 18:1
¶ Habiendo dicho Jesús estas cosas, salió con sus discípulos tras el arroyo de Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró Jesús y sus discípulos.
Juan 18:2
Y también Judas, el que le entregaba, conocía aquel lugar; porque muchas veces Jesús se juntaba allí con sus discípulos.
Juan 18:3
Judas pues tomando una compañía de soldados, y ministros de los sumo sacerdotes y de los fariseos, vino allí con linternas y antorchas, y con armas.
Juan 18:4
Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que habían de venir sobre él, salió delante, y les dijo: ¿A quién buscáis?
Juan 18:5
Le respondieron: A Jesús Nazareno. Les dice Jesús: YO SOY (Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba.)
Juan 18:6
Y cuando les dijo, YO SOY, volvieron atrás, y cayeron a tierra.
Juan 18:7
Les volvió, pues, a preguntar: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús Nazareno.
Juan 18:8
Respondió Jesús: Ya os he dicho que YO SOY; pues si a mí me buscáis, dejad ir a éstos.
Juan 18:9
Para que se cumpliese la palabra que había dicho: De los que me diste, ninguno de ellos perdí.
Juan 18:10
Entonces Simón Pedro, que tenía espada, la sacó, e hirió a un siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.
Juan 18:11
Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; el vaso que el Padre me ha dado, ¿no lo tengo que beber?
Juan 18:12
Entonces la compañía de los soldados y el tribuno, y los ministros de los judíos, prendieron a Jesús y le ataron.
Juan 18:13
¶ Y le llevaron primeramente a Anás; porque era suegro de Caifás, el cual era sumo sacerdote de aquel año, (y él le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.)
Juan 18:14
Y era Caifás el que había dado el consejo a los judíos, que era necesario que un hombre muriese por el pueblo.
Juan 18:15
Y seguían a Jesús Simón Pedro, y otro discípulo. Y aquel discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al atrio del sumo sacerdote;
Juan 18:16
mas Pedro estaba fuera a la puerta. Y salió aquel discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, y metió dentro a Pedro.
Juan 18:17
Entonces la criada portera dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Dice él: No soy.
Juan 18:18
Y estaban en pie los siervos y los ministros que habían allegado las ascuas; porque hacía frío, y se calentaban; y estaba también con ellos Pedro en pie, calentándose.
Juan 18:19
Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.
Juan 18:20
Jesús le respondió: Yo manifiestamente he hablado al mundo; yo siempre he enseñado en la sinagoga y en el Templo, donde se juntan todos los judíos, y nada he hablado en oculto.
Juan 18:21
¿Qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho.
Juan 18:22
Y como él hubo dicho esto, uno de los criados que estaba allí, dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote?
Juan 18:23
Le respondió Jesús: Si he hablado mal, da testimonio del mal; y si bien, ¿por qué me hieres?
Juan 18:24
Así lo envió Anás atado a Caifás, el sumo sacerdote.
Juan 18:25
Estaba pues Pedro en pie calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú de sus discípulos? El negó, y dijo: No soy.
Juan 18:26
Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le dijo: ¿No te vi yo en el huerto con él?
Juan 18:27
Y negó Pedro otra vez; y luego el gallo cantó.
Juan 18:28
¶ Y llevaron a Jesús de Caifás al pretorio; y era por la mañana; y ellos no entraron en el pretorio para no ser contaminados, sino que comiesen el cordero de la pascua.
Juan 18:29
Entonces salió Pilato a ellos fuera, y dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?
Juan 18:30
Respondieron y le dijeron: Si éste no fuera malhechor, no te le habríamos entregado.
Juan 18:31
Les dice entonces Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos es lícito matar a nadie;
Juan 18:32
para que se cumpliese el dicho de Jesús, que había dicho, señalando de qué muerte había de morir.
Juan 18:33
Así que, Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús, y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los Judíos?
Juan 18:34
Le respondió Jesús: ¿Dices tú esto de ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?
Juan 18:35
Pilato respondió: ¿Soy yo judío? Tu nación, y los sumo sacerdotes, te han entregado a mí; ¿qué has hecho?
Juan 18:36
Respondió Jesús: Mi Reino no es de este mundo; si de este mundo fuera mi Reino, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; ahora, pues, mi Reino no es de aquí.
Juan 18:37
Le dijo entonces Pilato: ¿Luego Rey eres tú? Respondió Jesús: Tú dices que YO SOY Rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la Verdad. Todo aquel que es de la Verdad, oye mi voz.
Juan 18:38
Le dice Pilato: ¿Qué cosa es la Verdad? Y como hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dice: Yo no hallo en él ningún crimen.
Juan 18:39
Pero vosotros tenéis costumbre, que os suelte uno en la Pascua, ¿queréis, pues, que os suelte al Rey de los Judíos?
Juan 18:40
Entonces todos dieron voces otra vez, diciendo: No a éste, sino a Barrabás. Y este Barrabás era ladrón.
Juan 19:1
¶ Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó.
Juan 19:2
Y los soldados entretejieron de espinas una corona, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron de una ropa de grana;
Juan 19:3
y (venían a él y) decían: ¡Hayas gozo, rey de los Judíos! Y le daban de bofetadas.
Juan 19:4
Entonces Pilato salió otra vez fuera, y les dijo: He aquí, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún crimen hallo en él.
Juan 19:5
Así salió Jesús fuera, llevando la corona de espinas y la ropa de grana. Y les dice Pilato: He aquí el hombre.
Juan 19:6
Y como le vieron los príncipes de los sacerdotes, y los servidores, dieron voces diciendo: Cuélguenle de un madero, cuélguenle de un madero. Les dice Pilato: Tomadle vosotros, y colgadle del madero; porque yo no hallo en él crimen.
Juan 19:7
Le respondieron los judíos: Nosotros tenemos ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo Hijo de Dios.
Juan 19:8
Cuando Pilato oyó esta palabra, tuvo más miedo.
Juan 19:9
Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta.
Juan 19:10
Entonces le dice Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo potestad para colgarte de un madero, y que tengo potestad para soltarte?
Juan 19:11
Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuese dado de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
Juan 19:12
Desde entonces procuraba Pilato soltarle; mas los Judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no eres amigo de César; cualquiera que se hace rey, a César contradice.
Juan 19:13
Entonces Pilato, oyendo este dicho, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar que se dice el Enlosado, y en hebreo Gabata.
Juan 19:14
Y era la víspera de la Pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los Judíos: He aquí vuestro Rey.
Juan 19:15
Pero ellos dieron voces: Quita, quita, cuélguenle de un madero. Les dice Pilato: ¿A vuestro Rey he de colgar de un madero? Respondieron los sumo sacerdotes: No tenemos rey sino a César.
Juan 19:16
¶ Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese colgado de un madero. Y tomaron a Jesús, y le llevaron.
Juan 19:17
Y llevando el madero para sí, vino al lugar que se dice de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;
Juan 19:18
donde le colgaron del madero, y con él otros dos, uno en un madero a cada lado, y Jesús en medio.
Juan 19:19
¶ Y escribió también Pilato un título, que puso encima del madero. Y el escrito era: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDIOS.
Juan 19:20
Y muchos de los Judíos leyeron este título, porque el lugar donde estaba Jesús colgado del madero era cerca de la ciudad; y era escrito en hebreo, en griego, y en latín.
Juan 19:21
Y decían a Pilato los sumo sacerdotes de los judíos: No escribas, Rey de los Judíos; sino, que él dijo: YO SOY Rey de los Judíos.
Juan 19:22
Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
Juan 19:23
Cuando los soldados hubieron colgado a Jesús del madero, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes (a cada soldado una parte); y la túnica; mas la túnica era sin costura, toda tejida desde arriba.
Juan 19:24
Y dijeron entre ellos: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, de quién será; para que se cumpliese la Escritura, que dice: Partieron para sí mis vestidos, Y sobre mi vestidura echaron suertes. Y los soldados ciertamente hicieron esto.
Juan 19:25
Y estaban junto al madero de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.
Juan 19:26
Y como vio Jesús a la madre, y al discípulo que él amaba, que estaba presente, dice a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.
Juan 19:27
Después dice al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió consigo.
Juan 19:28
Después de esto , sabiendo Jesús que todas las cosas eran ya cumplidas, para que la Escritura se cumpliese, dijo: Sed tengo.
Juan 19:29
Y estaba allí un vaso lleno de vinagre; entonces ellos mojaron una esponja de vinagre, y rodeada a un hisopo, se la llegaron a la boca.
Juan 19:30
Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, dio el Espíritu.
Juan 19:31
¶ Entonces los Judíos, para que los cuerpos no quedasen en el madero en el sábado, porque era la víspera de la Pascua , pues era el gran día del sábado, rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados.
Juan 19:32
Y vinieron los soldados, y a la verdad quebraron las piernas al primero, y al otro que había sido colgado de un madero con él.
Juan 19:33
Mas cuando vinieron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas;
Juan 19:34
pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y luego salió sangre y agua.
Juan 19:35
Y el que lo vio, da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.
Juan 19:36
Porque estas cosas fueron hechas para que se cumpliese la Escritura: Hueso no quebrantaréis de él.
Juan 19:37
Y también otra Escritura dice: Verán a aquel al cual traspasaron.
Juan 19:38
¶ Pasadas estas cosas, José de Arimatea, el cual era discípulo de Jesús, mas en secreto por miedo de los judíos, rogó a Pilato que pudiera quitar el cuerpo de Jesús; lo cual permitió Pilato. Entonces vino, y quitó el cuerpo de Jesús.
Juan 19:39
Entonces vino también Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras.
Juan 19:40
Y tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias, como es costumbre de los judíos sepultar.
Juan 19:41
Y en aquel lugar donde había sido colgado del madero, había un huerto; y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno.
Juan 19:42
Allí, pues, por causa de la víspera de la Pascua de los judíos, porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.
Juan 20:1
¶ Y el primero de los sábados, María Magdalena vino de mañana, siendo aún tinieblas, al sepulcro; y vio la piedra quitada del sepulcro.
Juan 20:2
Entonces corrió, y vino a Simón Pedro, y al otro discípulo, al cual amaba Jesús, y les dice: Han llevado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde le han puesto.
Juan 20:3
Y salió Pedro, y el otro discípulo, y vinieron al sepulcro.
Juan 20:4
Y corrían los dos juntos; mas el otro discípulo corrió más presto que Pedro, y llegó primero al sepulcro.
Juan 20:5
Y bajándose a mirar , vio los lienzos puestos; mas no entró.
Juan 20:6
Llegó luego Simón Pedro siguiéndole, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos,
Juan 20:7
y el sudario, que había sido puesto sobre su cabeza, no puesto con los lienzos, sino envuelto en un lugar aparte.
Juan 20:8
Y entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al monumento, y vio, y creyó.
Juan 20:9
Porque aún no sabían la Escritura: Que era necesario que él resucitase de los muertos.
Juan 20:10
Y volvieron los discípulos a los suyos.
Juan 20:11
¶ Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y estando llorando, se bajó y miró al sepulcro;
Juan 20:12
y vio dos ángeles en ropas blancas que estaban sentados, el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.
Juan 20:13
Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dice: Han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.
Juan 20:14
Cuando había dicho esto, volvió atrás, y vio a Jesús que estaba allí ; pero no sabía que era Jesús.
Juan 20:15
Le dice Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dice: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
Juan 20:16
Le dice Jesús: ¡María! Volviéndose ella, le dice: ¡Raboni! Que quiere decir, Maestro.
Juan 20:17
Le dice Jesús: No me toques; porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
Juan 20:18
Vino María Magdalena dando las nuevas a los discípulos: Que he visto al Señor, y estas cosas me dijo.
Juan 20:19
¶ Y como fue tarde aquel día, el primero de los sábados, y estando las puertas cerradas donde los discípulos estaban juntos por miedo de los judíos, vino Jesús, y se puso en medio, y les dijo: Paz tengáis.
Juan 20:20
Y habiendo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Entonces los discípulos se gozaron viendo al Señor.
Juan 20:21
Entonces les dijo otra vez: Paz tengáis; como me envió el Padre, así también yo os envío.
Juan 20:22
Y como hubo dicho esto, les sopló, y les dijo: Tomad el Espíritu Santo:
Juan 20:23
A los que soltaréis los pecados, les son sueltos; a los que los retuviereis, serán retenidos.
Juan 20:24
Pero Tomás, uno de los doce, que se dice el Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
Juan 20:25
Le dijeron pues los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Y él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
Juan 20:26
¶ Y ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Vino Jesús, las puertas cerradas, y se puso en medio, y dijo: Paz tengáis.
Juan 20:27
Luego dice a Tomás: Mete tu dedo aquí, y ve mis manos; y alarga acá tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino fiel.
Juan 20:28
Entonces Tomás respondió, y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!
Juan 20:29
Le dice Jesús: Porque me has visto, oh Tomás, creíste: bienaventurados los que no vieron y creyeron.
Juan 20:30
También muchas otras señales, a la verdad, hizo Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro.
Juan 20:31
Estas empero son escritas, para que creáis que Jesús es el Cristo, Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
Juan 21:1
¶ Después se manifestó Jesús otra vez a sus discípulos en el mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera:
Juan 21:2
Estaban juntos Simón Pedro, y Tomás, llamado el Dídimo, y Natanael, el que era de Caná de Galilea, y los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.
Juan 21:3
Les dice Simón: A pescar voy. Le dicen: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y subieron en un navío; y aquella noche no tomaron nada.
Juan 21:4
Y venida la mañana, Jesús se puso a la ribera; mas los discípulos no entendieron que era Jesús.
Juan 21:5
Así que les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No.
Juan 21:6
Y Jesús les dice: Echad la red a la mano derecha del navío, y hallaréis. Entonces la echaron, y no la podían en ninguna manera sacar, por la multitud de los peces.
Juan 21:7
Dijo entonces aquel discípulo, al cual amaba Jesús, a Pedro: El Señor es. Entonces Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa, porque estaba desnudo, y se echó al mar.
Juan 21:8
Y los otros discípulos vinieron con el navío (porque no estaban lejos de tierra, sino como doscientos codos), trayendo la red de peces.
Juan 21:9
Cuando descendieron a tierra, vieron ascuas puestas, y un pez encima de ellas, y pan.
Juan 21:10
Les dice Jesús: Traed de los peces que cogisteis ahora.
Juan 21:11
Subió Simón Pedro, y trajo la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y siendo tantos, la red no se rompió.
Juan 21:12
Les dice Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos osaba preguntarle: ¿Tú, quién eres? Sabiendo que era el Señor.
Juan 21:13
Viene pues Jesús, y toma el pan, y les da; y asimismo del pez.
Juan 21:14
Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestó a sus discípulos, habiendo resucitado de los muertos.
Juan 21:15
¶ Y cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le dice: Sí Señor; tú sabes que te amo. Le dice: Apacienta mis corderos.
Juan 21:16
Le vuelve a decir la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Le responde: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dice: Apacienta mis ovejas.
Juan 21:17
Le dice la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Se entristeció Pedro de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? Y le dice: Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo. Le dice Jesús: Apacienta mis ovejas.
Juan 21:18
De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas donde querías; mas cuando ya fueres viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te pasará donde no querrías.
Juan 21:19
Y esto dijo, señalando con qué muerte había de clarificar a Dios. Y dicho esto, le dice: Sígueme.
Juan 21:20
¶ Volviéndose Pedro, ve a aquel discípulo al cual amaba Jesús, que les seguía, el que también se había recostado a su pecho en la cena, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?
Juan 21:21
Así que cuando Pedro vio a éste, dice a Jesús: Señor, ¿y éste, qué?
Juan 21:22
Le dice Jesús: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú.
Juan 21:23
Salió entonces este dicho entre los hermanos, que aquel discípulo no había de morir. Mas Jesús no le dijo, No morirá; sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga ¿qué a ti?
Juan 21:24
Este es aquel discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero.
Juan 21:25
Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, que si se escribiesen cada una por sí, pienso que ni aun el mundo podrá contener los libros que se habrían de escribir. Amén.